
Había una vez… un escritor que vivía en una tranquila playa, cerca de una colonia de pescadores. Todas las mañanas iba a caminar por la orilla del mar para inspirarse y las tardes las concurría en su casa escribiendo.
Cierto día, mientras caminaba por la playa, vio una sombra que parecía bailar. Al acercarse a esa figura, se dio cuenta que se trataba de un joven que recogía estrellas de mar que estaban en la arena para, una por una, tirarlas nuevamente al mar.
– ¿Por qué está haciendo esto? – preguntó el escritor.
– ¿Usted no ve? – explicó el joven – La marea está baja y el sol está brillando. Ellas se secarán y morirán si permanecen aquí, en la arena.
El escritor se quedó paralizado por lo que había dicho el joven, y él le dijo:
– Joven, existen millones de kilómetros de playa en este mundo y centenas de millones de estrellas de mar desparramadas por las playas. ¿Qué diferencia hay? Vos tiras sólo unas pocas estrellas al océano y la mayoría muere. ¿Qué diferencia hay?
– Para esa estrella, le hice una diferencia…
Aquella noche el escritor no pudo escribir, ni siquiera dormir. Por la mañana del siguiente día volvió a la orilla, buscó al joven y se unió a él, juntos comenzaron a arrojar las estrellas de mar al océano.
AHORA SON DOS LOS QUE QUIEREN HACER UN LUGAR MEJOR: ¡ESA ES LA DIFERENCIA!.
FRASE PARA ACOMPAÑARTE EN LA SEMANA:
“La gran victoria que hoy parece fácil es el resultado de una serie de pequeñas victorias que pasaron desapercibidas”
(Paulo Cohelo – Manual del Guerrero de la Luz)